Nos acercamos a septiembre, época del año por excelencia para empezar a empezar. Es la forma que tenemos de justificar todo lo que hemos hecho mal durante el año y lo poco o nada que hemos hecho en verano. Así que lo dejamos todo para el mes de septiembre, con la falsa creencia de tener las pilas cargadas.
- Empezamos dietas. Todos los...
Nos acercamos a septiembre, época del año por excelencia para empezar a empezar. Es la forma que tenemos de justificar todo lo que hemos hecho mal durante el año y lo poco o nada que hemos hecho en verano. Así que lo dejamos todo para el mes de septiembre, con la falsa creencia de tener las pilas cargadas.
- Empezamos dietas. Todos los años lo hacemos y ningún año lo conseguimos. Queremos llegar con tipazo al verano que viene, y como no pasamos del primer mes, lo retomamos en Navidades y Semana Santa para entrar en un bucle perpetuo.
- Empezamos colecciones, Nunca nos habíamos dado cuenta de la ilusión que nos hacía tener los productos de esa colección; Plumas estilográficas, coches a escala, casas de muñecas... Cuando sube el precio, o descubrimos que compramos por impulso, debido a su bajo precio inicial, nos damos cuenta que no nos gustaba tanto.
- Empezamos a formarnos, Tenemos que aprender, tenemos que mejorar para crecer tanto a nivel profesional como personal; Libros, talleres, cursos, sobre todo el de inglés. Luego nos damos cuenta que no tenemos tanta fuerza de voluntad y que en realidad no disponemos de tanto tiempo.
- Empezamos a Emprender: ¿Seguro?, ¿sabemos dónde nos metemos?, una vez que empieces descubrirás que no es tan bonito, que no es fácil, que la sombra del fracaso será tu compañero por siempre, pero descubrirás que es fascinante.
¿Cómo te has planteado empezar a empezar a emprender este año 2020?, ¿qué harás distinto este año, que no has hecho los años anteriores?
Tenemos que hacer los deberes en agosto para organizar las tareas de septiembre y así adelantar trabajo, o darnos cuenta que nuestro proyecto puede que no sea viable, y es mejor cambiar a tiempo, manteniendo tu actual puesto de trabajo o manteniendo tu actual falta de puesto de trabajo
- Prepara papel y boli. No te compres, por ahora el portátil más “guay” o la tablet más potente, aunque las ofertas son muy tentadoras, espera a ver si el papel te sugiere hacer esa inversión. Aunque puedes asumir ese gasto, no te asegura el éxito de tu proyecto.
Para empezar no tienes que hacer el ritual de comprar nada nuevo, trabaja con lo que tienes, a parte de no gastar, no pierdes tiempo en buscarlo, por lo que tampoco te desvías el foco, que es empezar.
- Prepara tu agenda: Marca un día para empezar, con un margen suficiente de tiempo que te permita alcanzar tus objetivos. No te lo plantees la última semana de agosto, hazlo ayer.
Organiza tu tiempo, no te estreses, ponte un horario para trabajar, nadie salvo tú te va a examinar. Trata de hacerlo bien, porque en tus manos está hacer los deberes para septiembre.
- En el cuaderno, enumera tus debilidades y fortalezas, pero sé humilde y realista, nadie lo va a saber. Esto te va a permitir saber en que tienes que mejorar, en qué formarte o/y que tienes que potenciar, incluso, buscar un perfil para tu proyecto que complemente tus carencias.
Todos tenemos carencias, cuanto antes sepas cuales son, antes podrás mejorar como parte de un equipo y no como individuo.
No solo tienes que saber en que fallas como profesional, también tienes que saber tus carencias en la personalidad; empatía, don de gentes, mano izquierda, comunicador, habilidades sociales, deontología, etc
- Adivina el futuro: haz una radiografía de cómo está el mercado; tus clientes, proveedores, tendencias, estacionalidades, etc. Intenta predecir qué distintos escenarios se pueden dar el próximo año.
Es más, redacta las estrategias para cada escenario y cómo pivotar ante un cambio Tenlo previsto y así será una transición más tranquila.
- Encuentra a tus clientes: Haz una lista de tus clientes y prepara estrategias personalizadas para cada uno.
La competencia te dará información sobre el perfil de tu cliente Potencial, podrás hacer un listado de clientes reales con los que trabaja, a los cuales podrás analizar para ver cómo ofreces tu producto o servicio, y que dejen de comprar el de la competencia.
- Prepara textos. Si ya has analizado tu mercado y sabes a quien te diriges, puedes personalizar los textos. Prepara documentos, mailing, frases, presentaciones, etc, así ganas tiempo, aunque seguro tendrás que cambiar algo, lo harás con menos estrés.
- Networking 2020: Las reglas del juego han cambiado. ¿Eres consciente?, el mundo off y on, en esta pandemia se han fusionado, y o te adaptas o desapareces.
Ahora tendrás que tener tu habitación-despacho en orden, bien iluminado, bien ambientado. Tendrás que manejar nuevas herramientas de comunicación, aprender a hablar ante una cámara y llevar tus tradicionales habilidades sociales a otro nivel.
No pasa nada, mi hijo de 6 años lo sabe hacer.
Estos puntos te dan una hoja de ruta de lo que puedes hacer para empezar en septiembre, como ya hice yo en el 2010, el 2011, el 2012, 2013, 21014 etc. Estoy seguro que para muchos falta un 90% de sugerencias, y para otros sobra otro 90%. Por lo que este 10% restante nos puede venir bien para trabajar de forma pausada y tranquila, y dar forma a nuestra Idea y convertirla en una Idea Mínima Viable.
Esto es una opinión personal basada tanto en mi experiencia como en la de mi entorno, este post está sujeto a seguir creciendo. Te invito a que aportes tu experiencia en los comentarios y opines sobre lo que he dicho, para así conseguir crear un nuevo documento basado en una realidad más amplia.
Un abrazo
¿Un emprendedor nace o se hace?, ¿tiene un ADN super mágico especial, un don divino mítico marcado por la alineación de los planetas con la luna, cuando es perpendicular a la nebulosa de Orión?, ¿o es alguien que tiene que hacer algo para llegar a fin de mes?.
La respuesta es muy sencilla. Después de desarrollar un algoritmo que engloba un...
¿Un emprendedor nace o se hace?, ¿tiene un ADN super mágico especial, un don divino mítico marcado por la alineación de los planetas con la luna, cuando es perpendicular a la nebulosa de Orión?, ¿o es alguien que tiene que hacer algo para llegar a fin de mes?.
La respuesta es muy sencilla. Después de desarrollar un algoritmo que engloba un googolplex de variables, he llegado a tres conclusiones:
- No lo sé.
- No estoy capacitado para saberlo.
- Se lo que es un googolplex, porque vi el documental de Carl Sagan (y por eso se llama Google)
¿Por qué emprendemos?
Cuando nos planteamos emprender, es por distintos motivos, situaciones que nos pasan en nuestra vida. El lanzarse a emprender siempre tiene una causas que pueden ser controlables y otras incontrolables.
- Me han echado. Por desgracia esto ocurre, las empresas prescinden de empleados, por la causa que sea, y hay dos opciones; buscar otro empleo o empezar a emprender.
- Me he ido: Puede ocurrir que debido a distintas situaciones, unas positivas y otras menos, te has planteado dejar la empresa, y puedes hacer lo del caso anterior; buscar otro empleo o empezar a emprender.
- Me quiero ir: Se dan situaciones en las que se tiene un trabajo “seguro”, que quieres dejar, pero te da una tranquilidad económica que no quieres perder y además, se dispone de tiempo para iniciar un posible proyecto.
Esto es lo que han denominado emprendedor 10%, y aunque para mí es la opción más segura para emprender, ya que minimizar las consecuencias si el proyecto no sale adelante, es la que más facilidades tiene de fracasar incluso antes de plasmarla en papel.
Y de estos tres motivos por los que emprender, surgen tres posibilidades de cómo hacerlo:
- Emprender en lo que sé: es decir, empleo mi experiencia, mis contactos, mi motivación y mis recursos en montar un proyecto que se basa en mi puesto anterior.
“Trabajaba en una consultoría y monto una consultora. Trabajaba de camarero y monto un bar”
- Emprender en lo que me gusta: se puede dar el caso que el proyecto no tenga que ver nada con tu trayectoria profesional, pero es lo que siempre has querido hacer, y es lo que más te motiva.
“Trabajaba en una consultora y monto una pastelería. Trabajaba de camarero y monto consultoría”
- Emprender por probar: no tienes trabajo y no tienes nada en mente, y te invitan a iniciar un proyecto que no te motiva y en el que no tienes experiencia, pero tienes nada o poco que perder.
“Trabajaba en una consultora y mi cuñado me dice que montemos una tienda de camisetas”
No quiero opinar sobre cuál es la mejor decisión. La que es más probable que triunfe puede fracasar y la que parece una locura es una de las mejores decisiones de tu vida.
He querido poner en el último punto una situación ambigua, porque este caso es un motivo para emprender y una posibilidad para hacerlo.
- Me sobra la pasta: Ya sea por que en tu trayectoria profesional has generado muchos ingresos, o porque has tenido suerte en la vida, y dispones de una importante cantidad de dinero, esto te permite emprender en cualquier tipo de proyecto independientemente de la situación personal.
El 99% de los emprendedores hemos pasado por los 3 primeros puntos, el 1 % solo por este, o menos.
Esto es una opinión personal basada tanto en mi experiencia como en la de mi entorno, este post está sujeto a seguir creciendo. Te invito a que aportes tu experiencia y opines sobre lo que he dicho, para así conseguir crear un nuevo documento basado en una realidad más amplia.
Pese a este parón de los coworking, algo que espero, ansío y deseo, que sea solo eso, un parón. Y creyendo que todo volverá a la normalidad aunque sea anómala; mamparas, distancia social, besos y abrazos gesticulantes, mascarillas… con el logotipo de empresas, entre ellas de los mismos coworking, habrá que plantearse si queremos o necesitamos...
Pese a este parón de los coworking, algo que espero, ansío y deseo, que sea solo eso, un parón. Y creyendo que todo volverá a la normalidad aunque sea anómala; mamparas, distancia social, besos y abrazos gesticulantes, mascarillas… con el logotipo de empresas, entre ellas de los mismos coworking, habrá que plantearse si queremos o necesitamos trabajar en un espacio de este tipo.
Por supuesto que a grandes rasgos y por mi parte sí creo que puede ser bueno trabajar dentro de un centro de coworking, seamos sinceros, en líneas generales tomar esta decisión nos puede aportar mucho, aunque existen algunas situaciones en las que no es recomendable hacerlo.
Veamos algunas ventajas:
Socializas: no me refiero a hacer networking, porque de esto hablo a continuación, me refiero a estar con gente y beneficiarte de lo bueno y lo malo de conocer a otras personas e interactuar. El hablar con otras personas te permite desconectar de tu tarea y oxigenarte mentalmente para retomar tu trabajo.
Networking: El trato con profesionales te enriquece laboralmente y te permite:
- Aprender de los demás, tanto de tu área profesional como de las tareas comunes; Intercambiar experiencias, siempre aporta, tanto las buenas como las malas.
- Crear sinergias con perfiles profesionales complementarios; En estos entornos de trabajo, puedes encontrar tu tercio de naranja.
- Encontrar clientes o proveedores dentro del entorno del centro; Siempre esa proximidad puede facilitar hacer negocio, para bien y para mal, si sale mal esa proximidad puede resultar incomoda.
Reduces costes de todo tipo: alquiler, luz, seguros, amortización de mobiliario, seguridad, calefacción, aire acondicionado, etc.
Creas una Rutina: optimizar tu tiempo, no te distraes, no todos pueden hablar contigo
Pero también hay momentos que no son el tuyo y no haría yo porque tocan:
Factor económico: no te lo puedes permitir o no es necesario aún invertir en un centro de coworking; Si estás en una fase muy temprana de proyecto y además económicamente estás carente, espérate un poco.
Desplazamiento: esa inversión de tiempo aún no es necesaria, y uniéndolo con el punto anterior no es necesario aun.
No es tu perfil: Que sea una de las mejores opciones para trabajar no significa que todos los coworking te aporten soluciones; No te complementan, no generan sinergias, experiencias positivas, contactos, servicios, etc.
Independencia: no puedes actuar o hablar cuando y como quieras; Cuando estás en tu casa o en un despacho, tienes la libertad de actuar de una forma distinta a cuando estas con otras personas.
Servicios no necesarios: Cuando estás empezando tienes que valorar que no todo lo que ofrece un coworking lo necesitas; Es posible que lo tengas en casa y si el caso es que no quieres encontrarte solo o sola siempre te queda ir a un Starbucks o un McDonalds puntualmente para ver e interactuar con gente.
Perder el foco: Cuando trabajas desde casa existe un gran peligro de falta de organización y pérdida de enfoque con lo que ello conlleva; demasiadas visitas a la nevera, descontrol horario, estar todo el día en pijama, etc.
Esto es una opinión personal basada tanto en mi experiencia como en la de mi entorno, este post está sujeto a seguir creciendo. Te invito a que aportes tu experiencia y opines sobre lo que te cuento, para así conseguir crear un nuevo documento basado en una realidad más amplia.
Seguimos ;-)
Uno de los caminos más rápidos, cuando empezamos a emprender, es estudiar y analizar a la competencia, y aunque es un punto importante dentro del plan de empresa, he conocido empresas que no lo han tenido en cuenta, sobre todo porque habían empezado a vender de una forma muy rápida y la facturación nos les permitía ver que era necesaria.
Aun...
Uno de los caminos más rápidos, cuando empezamos a emprender, es estudiar y analizar a la competencia, y aunque es un punto importante dentro del plan de empresa, he conocido empresas que no lo han tenido en cuenta, sobre todo porque habían empezado a vender de una forma muy rápida y la facturación nos les permitía ver que era necesaria.
Aun así, este análisis es primordial para darte cuenta de los errores que puedes evitar, o darte cuenta de tu falta de errores y poder decir que eres un analista “guay”.
La competencia te puede dar respuesta a muchas dudas que tenías y muchas preguntas que ni siquiera te habías planteado.
Pros de analizar la competencia:
Ya ha cometido errores: Ya se han equivocado por ti, aprovéchalo, pero analizar tanto los errores de las empresas que han tenido éxito, como los errores de las que han fracasado.
Tiene compradores: ya tienen clientes, y muchos publican quienes son, así que puedes analizar porqué están con tu competencia, su grado de fidelidad, si están descontentos y sobre todo, qué necesidades tienen y su proveedor actual no les satisface.
Un consejo; Ofrece un servicio o producto que puedas suministrar, conozco empresas a las que se les ha creado una necesidad que no tenían, y ante la falta de oferta, se lo han demandado a empresas que sí lo tenían.
Profesionales con experiencia: aunque no tienes los recursos para “invitar” a profesionales en activo a que entren en tu proyecto, puedes encontrar a antiguos profesionales que hayan trabajado con tu competencia y así reduces la curva de aprendizaje
Puedes crear sinergias: el todo es mayor que la suma de las partes, es decir puede ser un aliado. Puede darse el caso de que dos proyectos similares y complementarios se fusionen poco después de salir al mercado, o una empresa le interese tu iniciativa y entres a formar parte de una mayor.
Mejora lo que tienen tu competencia: seguro que todo es mejorable, seguro que encuentras “eso”, que otros no ven, ya sea porque les va muy bien, han obviado un nuevo mercado, un cambio de tendencia, o son tan grandes que cualquier decisión tarda mucho en salir adelante.
Contras a tener en cuenta:
Cometer sus errores: Que una empresa exista, no significa que lo haga bien. Hay empresas que tienen una extraño equilibrio cósmico enquistado en el tiempo, donde la convivencia de los errores, en tu caso, no funcionará.
Desviarte de tu idea original: Tu energía de novato, puede quedar anulada por los grandes hitos alcanzados por tu competencia, y puedes crear un clon sin ningún elemento diferenciador, y abocado al fracaso.
Malinterpretar los datos: Lo que te da el poder no es tener la información, sino saber analizarla, hay que hacer mucha minería. En algunos casos, hay empresas que no tienen como objetivo facturar, juegan con otras variables.
Creerte que eres él: Puedes vivir una ilusión que no tiene nada que ver con la realidad, olvidando, porque tu competencia está donde está por su trayectoria, y tú estás empezando, y en seis meses puedes haber desaparecido. Sé humilde.
Y recuerda algo muy importante, tú también serás analizado.
Seamos sinceros: Ser ignorante en bueno y natural, lo malo es no querer dejar de serlo, y sobre todo cuando emprendes, ya que te juegas tu futuro económico y laboral. Con esto quiero decir que todos hemos sido, somos y seremos ignorantes y no pasa nada, cuanto antes lo aceptes más feliz serás.
Es cierto que en algunos casos no nos afectan;...
Seamos sinceros: Ser ignorante en bueno y natural, lo malo es no querer dejar de serlo, y sobre todo cuando emprendes, ya que te juegas tu futuro económico y laboral. Con esto quiero decir que todos hemos sido, somos y seremos ignorantes y no pasa nada, cuanto antes lo aceptes más feliz serás.
Es cierto que en algunos casos no nos afectan; ¿cuánto mide el ojal de una aguja?, ¿qué volumen de agua se queda en los labios cuando bebo un vaso?, etc. Pero cuando emprendemos tenemos que asumir este rol de ignorante.
No lo sabemos todo, y esto nos viene muy bien para evitar errores grabados en nuestro ADN durante muchos años atrás.
Te has planteado emprender por distintos motivos::
- Estoy cansado de mi empresa; no me valoran, no tengo proyección, está lejos, etc
- Estoy sin trabajo.
- Puedo hacer frente a otra Startup. Tengo una empresa pero quiero más.
- Otros
Da igual el motivo por el que emprendes, aunque sí que es cierto que, en unos casos tienes más tranquilidad, por la seguridad económico-laboral que te da el trabajo o tu empresa, pero dispones de menos tiempo, y cuando estas sin trabajo tienes más tiempo y menos seguridad económica.
Siéntate y piensa que idea tienes en mente; ¿por qué crees puede funcionar?, ¿por qué la puedo hacer funcionar?, ¿tengo recursos suficientes?, ¿tengo realmente ganas de emprender? o ¿es que conozco gente que lo hace?.
Una vez que hemos respondido a estas dudas, con calma, tenemos que asumir que empezamos con algún conocimiento, con experiencia, incluso equipo y recursos económicos, pero somos ignorantes sobre lo que nos viene encima, y puede que nos demos cuenta que nuestras expectativas no coinciden con la realidad.
Cuando trabajas, o has trabajado en una empresa, conoces tu puesto, pero no el engranaje de los otros departamentos, la trayectoria generada por varios años, la inversión, los contactos.... Tú puedes conocer tu trabajo, pero hay tareas que las hacen otros, y tú no tienes por qué conocerlas. Así que acepta que algo tienes que aprender como emprendedor.
Empieza aportando tu experiencia, tu talento y tus recursos, y aprende, sobre todo a solucionar tus carencias, una buena idea es buscar a alguien que te complemente, ya sea contratando o asociándote.
Es cierto que muchas veces puedes montar una startup, solo con dinero. Cuando dispones de recursos económicos suficientes para pagar talento, puedes aportar esa sabiduría y experiencia de la que careces, pero el 99% de los emprendedores no tenemos esa suerte, y pese que algunos no consideren tener dinero como una herramienta del emprendedor, creo que es porque no se nos ha dado el caso.
Con esto quiero animar a todos a emprender, porque todo el mundo puede hacerlo, siempre que aprendas cómo, pese a que hay gente que tiene suerte o conoce a alguien, hay muchos más emprendedores que salen adelante por sí mismos, por su perseverancia, por sus errores y sus ganas de aprender a emprender.
Saludos ignorantes